viernes, 14 de junio de 2013

HAY ESPACIO PARA TODOS


Yo amo la lectura, ya que me encanta leer, en especial obras literarias, son hermosas y las disfruto en mis tiempos libres. Con la lectura aprendo muchas cosas nuevas, modera mi vocabulario, me culturiza y me enseña nuevas palabras que las puedo usar en la vida cotidiana. Siempre cuando voy al mercado con mi mamá, veo una variedad de obras y le digo a ella que por lo menos me compre una. Por leer un libro yo sería capaz de hacer cualquier cosa por leerla (en el buen sentido de la palabra). Un ejemplo: si mi mamá compra un libro, pero no me lo da porque tengo que hacer algo importante, y la esconde, yo soy capaz de buscarla en cada rincón de la casa hasta encontrarla. Cada vez que termino de leer una lectura, le doy otro final a aquella lectura que leí. Un ejemplo: si la lectura termina con un final triste, yo la cambio en mi mente, por uno feliz.

Después de cada lectura, antes que la cambie por un feliz o un final que yo desee, me siento muy contenta. Me siento feliz porque termine de leer una lectura más, y eso para mí es un avance más. A mí me gusta tanto leer, que he leído muchas obras que ya perdí la cuenta. He leído muchas obras desde que aprendí a leer, a continuación mencionare algunas de las obras leídas:
  • El Caballero Carmelo.
  • El Vuelo de los Cóndores.
  • El Súper Zorro.
  • El Delfín.
  • La Vaca.
  • Madre
  • Edipo Rey.
  • Los gallinazos sin plumas.
  • ¿Quién se ha llevado mi queso?
Las obras literarias me gustan mucho porque narran historias interesantes y trasmiten mensajes para aplicarla en nuestra vida cotidiana. Actualmente estoy leyendo la obra “HAY ESPACIO PARA TODOS”, de Diana Cornejo, que dice así:
Cuando muere la mamá de Manuel sintió que el mundo se le venía encima, y como hermano mayor, tenía que encargarse de la casa y de sus hermanas. Manuel tenía dos hermanitas: Rosita y Emilia; le gustaban los días domingos porque pensaba que era su día de suerte, ya que uno de esos domingos se encontró 100 soles y todos pensaron que se había robado, hasta su mamá.
Manuel tenía un amigo llamado Pablo que sus padres habían muerto y le entendía a Manuel y le dijo que le iba a contar un gran secreto.
Con el paso del tiempo también tuvo muchos amigos como Martín el pescador, José, María, realmente la historia es muy larga pero termina con María que estaba embarazada de Augusto y al nacer el bebé todos estaban felices y había espacio para todos.

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